ARTÍCULO ORIGINAL
INTELIGENCIA EMOCIONAL EN NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES INSTITUCIONALIZADOS Y NO INSTITUCIONALIZADOS. UN ESTUDIO COMPARATIVO
EMOTIONAL INTELLIGENCE IN INSTITUTIONALIZED AND NON-INSTITUTIONALIZED CHILDREN AND ADOLESCENTS: A COMPARATIVE STUDY
INTELIGÊNCIA EMOCIONAL EM CRIANÇAS E ADOLESCENTES INSTITUCIONALIZADOS E NÃO INSTITUCIONALIZADOS. UM ESTUDO COMPARATIVO
Puriq
Universidad Nacional Autónoma de Huanta, Perú
ISSN: 2664-4029
ISSN-e: 2707-3602
Periodicidad: Continua
vol. 6, e598, 2024
Recepción: 04 Febrero 2024
Aprobación: 17 Abril 2024
Publicación: 02 Mayo 2024
Autor de correspondencia: smcondorv@pucesa.edu.ec
CITAR COMO: Condor-Vela, S., & Shuguli-Zambrano, C. (2024). Inteligencia emocional en niños, niñas y adolescentes institucionalizados y no institucionalizados. Un estudio comparativo. Puriq, 6, e598. https://doi.org/10.37073/puriq.6.598
Resumen: El objetivo de la investigación fue comparar los niveles de inteligencia emocional en una muestra de niños, niñas y adolescentes institucionalizados y no institucionalizados de Quito, Ecuador. La investigación presenta un enfoque comparativo, cuantitativo de corte transversal por medio del Inventario de Cociente Emocional EQi-YV BarOn. Participaron 60 niños, niñas y adolescentes (56% mujeres, 44% hombres) entre 7 a 17 años (M=11 años; DT= 3.18), de los cuales, 30 de ellos pertenecen a un hogar de acogida y el resto a una institución privada de la ciudad de Quito, Ecuador. Se encuentran diferencias significativas puesto que los niños, niñas y adolescentes institucionalizados presentan niveles bajos y promedio de inteligencia emocional, a comparación de los que no están bajo acogimiento institucional, que en su mayoría presentan niveles elevados de inteligencia emocional. En conclusión las lecciones emocionales que se aprendan durante la niñez y adolescencia, se vuelven ventanas críticas de oportunidad para fijar hábitos emocionales esenciales que formarán parte de la vida.
Palabras clave: inteligencia, niños, adolescentes, comparación.
Abstract: The objective of the research was to compare the levels of emotional intelligence in a sample of institutionalized and non-institutionalized children and adolescents in Quito, Ecuador. The research adopts a comparative, cross-sectional quantitative approach using the Emotional Quotient Inventory EQi-YV BarOn. Sixty children and adolescents participated (56% female, 44% male) aged 7 to 17 years (M=11 years; SD= 3.18), where 30 of them belong to a foster home and the rest to a private institution in the city of Quito, Ecuador. Significant differences are found, as institutionalized children and adolescents have lower and average levels of emotional intelligence compared to those not under institutional care, the majority of whom have higher levels of emotional intelligence. In conclusion, the emotional lessons learned during childhood and adolescence become critical windows of opportunity to establish essential emotional habits that will be part of life.
Keywords: intelligence, children, adolescents, comparison.
Resumo: O objetivo da pesquisa foi comparar os níveis de inteligência emocional em uma amostra de crianças e adolescentes institucionalizados e não institucionalizados em Quito, Equador. A pesquisa adota uma abordagem comparativa e quantitativa, com um desenho transversal usando o Inventário de Quociente Emocional EQi-YV BarOn. Participaram 60 crianças e adolescentes (56% mulheres, 44% homens) com idades entre 7 e 17 anos (Média = 11 anos; DP = 3,18), sendo 30 deles provenientes de um lar de acolhimento e o restante de uma instituição privada na cidade de Quito, Equador. Encontram-se diferenças significativas, uma vez que as crianças e adolescentes institucionalizados apresentam níveis mais baixos e médios de inteligência emocional, em comparação com aqueles que não estão sob acolhimento institucional, a maioria dos quais tem níveis elevados de inteligência emocional. Em conclusão, as lições emocionais aprendidas durante a infância e adolescência tornam-se janelas críticas de oportunidade para estabelecer hábitos emocionais essenciais que farão parte da vida. Palavras-chave: inteligência, crianças, adolescentes, comparação.
Palavras-chave: inteligência, crianças, adolescentes, comparação.
INTRODUCCIÓN
La inteligencia emocional (IE) se refiere a la habilidad que posee un sujeto para monitorear sus propios pensamientos y emociones, así como también los estados emocionales de los demás (Salovey & Mayer, 1990). Este concepto fue estudiado en un inicio por el psicólogo Edward Thorndike bajo el nombre de psicología social, que hace referencia a la habilidad de un sujeto para actuar sabiamente en las relaciones humanas (Thorndike, 1920 como se cita en Goleman, 2012), más tarde Howard Gardner en su libro estructura de la mente: teoría de las inteligencias múltiples relaciona a la IE con dos tipos de inteligencia la interpersonal e intrapersonal (Gardner, 1983 como se cita en Mollá López et al., 2015). Posterior a esto se generaron una serie de modelos referentes a la IE, uno de los primeros fue el de Bar-On (1997), quien considera que la inteligencia general está compuesta por dos constructos, el primero denominado coeficiente intelectual (CI) y el segundo denominado coeficiente emocional (CE), conceptualizando a la IE como un conjunto de habilidades de predominio afectivo que también cuenta con elementos cognitivos, dado que cada uno de ellos influyen en la capacidad que tiene una persona para adaptarse y afrontar las demandas de su entorno de manera flexible, convirtiéndose en un factor que puede ayudar a determinar el éxito en la vida (BarOn & Parker, 2000).
Existe gran interés por el desarrollo de la IE durante la niñez y adolescencia, puesto que varios estudios revelan la influencia positiva que tiene sobre: el rendimiento académico, la interacción social, mayor gestión en problemas emocionales, disminución de los niveles de agresividad, consumo de sustancias y en trastornos psicológicos como la ansiedad y depresión. (Ghiglione et al., 2020). Es un constructo que evoluciona con el tiempo y, según la edad, puede mejorarse o aumentarse con intervenciones terapéuticas o diferentes entrenamientos (Ugarriza & Pajares, 2004). Según la literatura, existen competencias emocionales que se esperan en ciertas etapas del desarrollo: los niños de 7 a 10 años ya ponen en marcha estrategias de ajuste como la solución de conflictos a través de la cooperación, hay manifestación de conductas disfrazadas para modular las relaciones sociales; entre los 10 y 13 años hay un mayor control de las circunstancias que pueden ser estresantes generando múltiples soluciones, se percibe realista la conducta emocional expresiva que mantiene con diferentes personas de su entorno, y de los 13 años en adelante existe una mayor integración del carácter moral, perciben cambios emocionales, existe mayor habilidad en el empleo de estrategias de presentación pues buscan incrementar sus relaciones sociales (Papalia & Martorell, 2017) (Ugarriza & Pajares, 2004).
Aunque los niños, niñas y adolescentes (NNA) deberían desarrollar ciertas habilidades según su edad, Salguero (2011) menciona que esto sucede gracias a la interacción familiar, principalmente entre padres e hijos, ya que son los encargados de proporcionar un ambiente saludable y seguro para favorecer el desarrollo de habilidades ligadas a la IE (Hueche et al., 2019). Sin embargo, la realidad puede ser diferente, ya que en ocasiones los propios padres son los primeros en denegar este espacio, ya sea porque no se sienten en la capacidad de intervenir en los procesos emocionales de sus hijos o los exponen a realidades de violencia, maltrato o abandono; es por esta razón que ingresan a un centro residencial con el objetivo de recibir los cuidados básicos que promuevan su desarrollo (Yslado-Méndez et al., 2019). Este proceso se conoce comúnmente como acogimiento residencial o institucionalización (Organización de las Naciones Unidad [ONU], 2010).
En este sentido la institucionalización se considera un mecanismo de defensa creado para brindar atención a las necesidades de protección de NNA en situación de vulnerabilidad (Comisión Interamericana de Derechos Humanos [CIDH], 2013), que debería ser usado como un recurso de última instancia, ya que expone a dicha población a secuelas permanentes, al limitar su vinculación familiar ocasionando un déficit en su desarrollo psicosocial (Fondo de las Naciones Unidas para la infancia [UNICEF], 2013). En 2013, Fernández-Daza y Fernández-Parra hacen referencia a la atención institucional, como ambientes de alto estrés que influyen en el desarrollo del cerebro, pudiendo causar deterioro cognitivo y dificultades en las habilidades sociales.
Pineda (2014) por su parte señala que la separación de la familia durante la adolescencia, especialmente cuando ocurre a una edad muy temprana, junto con situaciones como el abandono completo por parte de los padres y los problemas dentro del hogar, tienen un impacto negativo tanto en el comportamiento como en el bienestar emocional de los adolescentes, lo que se manifiesta en formas de agresividad, desobediencia, baja autoestima y autolesiones. Según Peres (2008), experimentar el abandono y la institucionalización contribuye al desarrollo de rasgos de personalidad que incluyen aislamiento e inseguridad en las relaciones y la interacción con el entorno, lo cual se asocia con la falta de habilidades sociales. En referencia a la IE en NNA institucionalizados, Ureña (2013), ha llevado a cabo una investigación donde señala que este grupo tiende a mostrar deficiencias en la empatía y en la gestión adecuada de la agresividad, se entiende que se encuentran relacionadas en parte con experiencias de abandono, maltrato infantil y violencia intrafamiliar. Analizando la realidad de los centros de acogimiento institucional se observa que los trastornos psiquiátricos infantiles son frecuentes en NNA, pero a menudo no se identifican ni tratan adecuadamente, una de las causas es que los cuidadores generalmente tienen a su cargo un gran número de niños, lo que cuestiona la calidad de atención que puedan brindar a cada uno de ellos (Fernández-Daza & Fernández-Parra, 2017).
Otro estudio realizado en México refleja que los niveles de ajuste psicológico en niños institucionalizados son muy deficitarios, en cuanto a habilidades sociales muestran resultados muy alejados a la asertividad, presentan dificultades para iniciar y mantener relaciones con sus pares, escasas habilidades para relacionarse con los demás y niveles de autoestima bastante bajos (González et al., 2014). Por su parte Sánchez (2011), asegura que las experiencias previas en ambientes inadecuados para su desarrollo integral serian el principal factor para un déficit en sus competencias personales que nos les permite adaptarse de manera eficaz a su entorno.
En un informe realizado por World Vision Ecuador, (2021) acerca de la situación de niñas, niños y adolescentes en el país, asegura que en el año 2021 fueron cerca de 2.656 beneficiarios del servicio de acogimiento institucional, que de acuerdo con estadísticas tuvo gran aumento en referencia a los años anteriores, debido al confinamiento durante la pandemia COVID-19, donde los casos de negligencia, abandono infantil y violencia sexual se dispararon. Por su parte el Ministerio de Inclusión Económica y Social (Ministerio de inclusión económica y social [MIES], 2022), indica que existen alrededor de 10 motivos por los que niñas, niños y adolescentes llegan a casas de acogida entre las principales se encuentran: negligencia 43.01%, maltrato 19,75% y violencia sexual con un 15.15%, reportando un total de 2,218 usuarios que han sido atendidos en unidades de acogimiento institucional.
Tomando en cuenta los antecedentes citados, donde se revela que los efectos del acogimiento institucional en NNA parecen ser más graves que los observados en niños que no viven bajo esta realidad, se propone un análisis que contribuya a cambiar el desarrollo favorable de las habilidades relacionadas a la IE. Por tanto, la importancia del estudio radica en la contribución de conocimientos sobre los niveles de IE de este grupo infanto-juvenil bajo acogimiento institucional, poco accesible para investigación, debido a su vulnerabilidad y riesgo de re victimización. Además, se considera que los resultados pueden ser útiles para el diseño de futuros programas de atención psicológica dirigidos a esta población y las entidades correspondientes podrían utilizar las recomendaciones para actualizar y mejorar las políticas relacionadas a este tema.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño
La presente investigación se apoya en un paradigma pospositivista, posee un enfoque cuantitativo de alcance descriptivo y comparativo, con diseño no experimental de corte transversal dado que, pretende especificar propiedades y características de conceptos, fenómenos, variables o hechos a través de la recolección de datos en un contexto determinado (Hernández-Sampieri & Mendoza, 2020).
Participantes
La muestra se conformó de 60 niños, niñas y adolescentes, pertenecientes a dos instituciones de la ciudad de Quito, la selección de la muestra, se realizó de forma no probabilística intencional, tomando en cuenta que es un estudio comparativo y se requiere equivalencia en la cantidad de participantes de cada grupo, de modo que intervinieron NNA del hogar del niño San Vicente de Paul y NNA de una escuela privada. Como criterio de inclusión, a más de pertenecer a las instituciones mencionadas, se tomó en cuenta la autorización de los padres y tutor legal, a través del consentimiento informado, el asentimiento de cada participante y haber completado el test BarOn ICE: NA con niveles de inconsistencia menor a 10 puntos, dando un total de 60 participantes, divididos en los dos grupos.
Los datos sociodemográficos de la muestra examinada revelan que 34 (el 56%) eran mujeres y 26 (el 44%), varones; el rango de edad de los participantes fue de 7 a 17 años, (M= 11 AÑOS; DT= 3.18). Todos los participantes se autoidentifican mestizos. En lo que se refiere a la situación socio económico se identifica un porcentaje igualitario tanto en buena y regular con el 35%. Las familias se encuentran estructuradas en un 47% de forma nuclear es decir por mamá, papá e hijos y en segundo lugar se encuentran las familias monoparentales con un 35%. Entre los participantes se pudo identificar que el 35% poseen algún diagnostico psicológico entre los que prevalece el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Resulta importante mencionar que, se identificó en la población de NNA institucionalizados que la mayoría de ellos llevan entre 0 a 3 años o entre 6 a 9 años bajo esta medida de acogimiento institucional ambos con un 30%.
Instrumentos
Ficha sociodemográfica. Elaborada por los investigadores, en la cual se almacenaron datos personales de los NNA: sexo, edad, país o ciudad de procedencia, identificación étnica, tipo de familia, situación socioeconómica familiar, diagnostico psicológico y tiempo de permanencia en el hogar de acogida. Inventario de Inteligencia Emocional de Bar-On ICE: NA Versión completa (1997). Este instrumento proporciona un cociente emocional total, ofreciendo una visión integral de cómo el evaluado afronta las demandas cotidianas. Diseñado para niños y adolescentes de 7 a 18 años, es de auto informe y puede administrarse tanto de forma individual como grupal. La versión estandarizada y adaptada por Ugarriza y Pajares (2004) para la población peruana consta de 60 ítems, los cuales se califican utilizando una escala tipo Likert de 4 puntos. Este inventario evalúa cinco dimensiones de la inteligencia emocional: intrapersonal, interpersonal, adaptabilidad, manejo del estrés y estado de ánimo. La validez del instrumento se estableció mediante un análisis factorial confirmatorio, y se obtuvo una fiabilidad adecuada mediante el coeficiente alfa de Cronbach (α = 0.80) (Ugarriza & Pajares, 2016). Otro estudio realizado en población mexicana con niños, niñas y adolescentes de 7 a 18 años también aseguró que el instrumento posee niveles elevados de validez y confiabilidad, reportando un coeficiente alfa de Cronbach (α = 0.90) (Zanatta et al., 2021).
Procedimiento
Previo a la aplicación de los instrumentos, se realizó un acercamiento a las diferentes instituciones. Inicialmente se informó al director del hogar de acogida acerca de los detalles específicos de la investigación quien, a través de la firma del consentimiento informado, dio su autorización para la toma de datos de los NNA institucionalizados. Por otro lado, para la obtención de datos de la población no institucionalizada se dio a conocer al representante legal de cada participante el objetivo de la investigación mediante el consentimiento informado. Todo este proceso se realizó basado en los criterios y normas aceptadas por la comunidad científica (Asociación Americana de Psicología, 2010). Así como también se respetaron los criterios éticos establecidos para la protección de datos y las normas éticas para la investigación según la Convención de Helsinki.
La recopilación de datos se llevó a cabo de manera presencial en los meses de abril y mayo del 2023, en horarios acordados previamente. Se utilizó el inventario BarOn ICE:NA en formato físico, con una duración de aproximadamente 25 minutos para la aplicación del instrumento. Los datos sociodemográficos se registraron de forma digital mediante un formulario de Google, con el propósito de optimizar recursos y ahorrar tiempo durante cada evaluación. Una vez completada la recolección de datos, se procedió a depurar y codificar la información. Posteriormente, se llevaron a cabo los análisis estadísticos correspondientes con el programa estadístico SPSS Static 25, a fin de cumplir con los objetivos de la investigación.
Análisis de datos
Los datos obtenidos fueron sometidos a análisis estadísticos, para ello se creó una base de datos procesada con el software estadístico SPSS. Se llevaron a cabo análisis estadísticos descriptivos y tablas cruzadas utilizando la información recopilada de la ficha sociodemográfica. Se aplicaron pruebas de Shapiro-Wilk para evaluar la normalidad de los datos, evidenciándose que en ambos grupos no se cumplía con la normalidad ni con la homocedasticidad de varianza. Por lo tanto, se optó por utilizar la prueba estadística no paramétrica U de Mann-Whitney.
RESULTADOS
Análisis descriptivo
A continuación, se presenta el análisis descriptivo del nivel de inteligencia emocional de acuerdo a grupos de NNA institucionalizados y no institucionalizados.
Frecuencia | Porcentaje | |
Bajo | 13 | 43,3 |
Promedio | 9 | 30,0 |
Alto | 8 | 26,7 |
Total | 30 | 100,0 |
El análisis de los resultados de la Tabla 1 muestra los niveles de IE encontrados en la población bajo la medida de acogimiento institucional, en la que 13 participantes equivalente al 43.3% poseen un nivel bajo; el 30% promedio y el 26.7% alto. Es relevante destacar que la distribución de los datos de esta muestra se encuentra entre todos los niveles teniendo mayor concentración en niveles bajo y promedio.
Frecuencia | Porcentaje | |
Promedio | 8 | 26,7 |
Alto | 22 | 73,3 |
Total | 30 | 96,8 |
Con relación a la tabla 2, que expone el nivel de IE en población no institucionalizada los datos indican que el 73% que corresponde a la mayoría de evaluados poseen un alto nivel de inteligencia emocional, seguido del 22% correspondiente a un nivel promedio. Es importante mencionar que la distribución de datos de esta muestra se encuentra únicamente entre los niveles más altos.
Análisis comparativo
Rangos | ||
Institucionalizado N | Rango promedio Suma de rangos | |
No 30 Nivel de Inteligencia Emocional Si 30 Total 60 | 38,18 1145,50 22,82 684,50 | |
Nota. Variable de agrupación: Nivel de inteligencia emocional | ||
Estadísticos de pruebaα | ||
Nivel de Inteligencia Emocional | ||
U de Mann-Whitney | 219,500 | |
W de Wilcoxon | 684,500 | |
Z | -3,516 | |
Sig. asintótica(bilateral) | ,000 | |
Debido al tamaño de la muestra se utilizó la prueba estadística U de Mann- Whitney para encontrar diferencias estadísticamente significativas en ambos grupos comparativos, lo que determinó que los NNA no institucionalizados presentan niveles más altos de IE que los NNA que se encuentran bajo esta medida, como se observa en la columna de rango promedio.
DISCUSIÓN
La investigación encontró que los niveles de inteligencia emocional en la muestra de NNA institucionalizados alcanzó en su mayoría el nivel bajo (43%) y promedio (30%), lo que coincide con los resultados obtenidos en un estudio realizado en Perú a NNA pertenecientes a varios centros de atención residencial, revelando que los NN de 7 a 12 años presentan en su mayoría un nivel bajo (66.7%) y el grupo de adolescentes con un 47.1% posee niveles de IE promedio (Yslado-Méndez et al., 2019). Dentro del estudio se sugiere que recibir cuidado físico y educación adecuados, así como afecto durante la infancia y adolescencia, no es suficiente. Es fundamental establecer relaciones tempranas apropiadas con las figuras parentales para desarrollar un apego seguro y lograr seguridad emocional: “incluso en grupos de niños con características similares, como la presencia o ausencia de riesgo social, sea posible encontrar una variabilidad sustancial en las estrategias de afrontamiento utilizadas” (Tite-Malusin & Cuadrado-Ramírez, 2024, p. 8). Además, vivencias positivas de aprendizaje e interacción social, respaldadas por estudios de González (2016) y Vygotsky (2001), son cruciales para alcanzar una IE elevada.
Un estudio realizado en España que relaciona la IE con el rendimiento académico sugiere que el constructo IE sería una de las habilidades cognitivas utilizadas como un predictor adecuado del logro escolar, de modo que las puntuaciones reflejan que las niñas fueron consistentemente más altas a comparación de los niños, sin embargo, ambos poseen tanto percepción y comprensión emocional que son habilidades básicas de la IE según el modelo de Mayer y Salovey (1997) (Jiménez et al., 2020). Si bien el presente estudio no considera como variable el tipo de sexo para identificar quien posee mayor nivel de inteligencia emocional, ofrece un resultado más global en donde la mayoría de NNA no institucionalizados poseen altos niveles de IE, evidenciando un desarrollo adecuado de las competencias que propone el modelo de Bar-On (2006) que comprende 5 factores: intrapersonal, interpersonal, adaptabilidad, manejo de estrés y estado de ánimo, que influyen en la eficacia de una persona para comprender y expresar sus propias emociones, comprender a los demás, interactuar con el entorno social y enfrentar las demandas diarias.
Un estudio comparativo de Peralta y Sandoval (2016), en un grupo de NNA institucionalizados y no institucionalizados, buscó comparar las variables de inteligencia emocional y autoestima, destacando diferencias significativas en algunas dimensiones de la IE como por ejemplo: autoconciencia, autocontrol, automotivación y empatía, ya que no se encontraron la misma proporción en los dos grupos, por lo que los NN no institucionalizados sean los que presentaron puntajes más altos respecto a la inteligencia emocional. sí, se entiende que aquellos NNA no institucionalizados poseen una mayor capacidad para expresar de manera correcta sus emociones, además muestran mayores competencias cognitivas que les permite crear relaciones en todos los contextos, usando esas herramientas adaptativas, cosa que no ocurre con aquellos NNA que permanecen en hogares de acogida, aislados de las sociedades por un periodo apreciable de tiempo, ocasionando que su confianza disminuya y no puedan lograr con éxito lo que se propongan. (Pineda, 2014).
Ruiz et al., (2016) resaltó, en su investigación, que existen diferencias muy significativas entre la IE de NNA que se encuentran en un hogar estructurado y en estado de abandono, donde asegura que ellos presentan mayores niveles de IE, sin embargo Torreblanca (2017) realiza más tarde un estudio en NNA bajo acogimiento institucional en donde destaca que el 79% presentaba niveles de IE adecuado al rango promedio de cada edad, pero también menciona que ciertos factores de la escala como el manejo del estrés, animo general y factores interpersonales se reconocieron como habilidades que deben mejorarse. La inteligencia emocional al ser un constructo importante para la resolución de conflictos interesa a investigar principalmente en poblaciones adolescentes. En un estudio realizado a un grupo de adolescentes de entre 15 y 17 años se encontró que la mayoría presenta una IE parcialmente desarrollada con el 55.9% (Estrada, 2020). Otro estudio realizado recientemente a un grupo de alumnos adolescentes revela que habilidades como: la atención, claridad y reparación emocional que son parte de la inteligencia emocional, dio como resultado que la mayoría de evaluados necesitan mejorarlas (Juárez Flores & Fragoso Luzuriaga, 2019). Considerando estos antecedentes, en investigaciones futuras, se recomienda tomar en cuenta un rango de edad específico para analizar el comportamiento de la variable y aportar datos más precisos.
CONCLUSIONES
Se evidenció a partir de la escala de Inteligencia emocional BarOn ICE:NA que existe niveles más altos en los NNA no institucionalizados, debido a que presentaron un rango superior y diferencias estadísticamente significativas comparadas al grupo de NNA que, si están institucionalizados, para el presente estudio se aplicaron pruebas no paramétricas. Al igual que en otras investigaciones las experiencias previas tanto como las vividas durante la institucionalización, ya sean positivas o negativas, así como la institucionalización temprana y prolongada, parecen tener un impacto significativo en el desarrollo deficiente de habilidades sociales que están ligadas a la IE.
Dado el tamaño limitado de la muestra, la influencia en los resultados obtenidos es relativamente reducida. No obstante, este argumento posibilita que futuras investigaciones contemplen la expansión de la muestra, con la suposición de que las variables tiendan a conformar una distribución normal. Además, se sugiere el uso de pruebas paramétricas que permitan generalizar los resultados. Según los resultados expuestos, se propone instaurar programas de atención psicológica y psicoterapéutica durante la institucionalización, que deben considerar las percepciones de las vivencias de niños, niñas y adolescentes. Asimismo, se recomienda la implementación de programas de intervención destinados al fomento del desarrollo de la inteligencia emocional, con miras a alcanzar la eficacia individual, la autorrealización y el bienestar general.
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Notas de autor
Tel: +593 0998 782 635 Email: smcondorv@pucesa.edu.ec
Información adicional
ORCID:
Samantha Marisela Cóndor-Vela: Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador.
Catherine Nataly Shuguli-Zambrano: Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador.
CONTRIBUCIÓN
DE LOS AUTORES:
Samantha
Marisela Cóndor-Vela:
conceptualización, curación de datos, análisis formal, adquisición de fondos,
investigación, administración de proyectos, recursos, redacción: borrador
original.
Catherine
Nataly Shuguli-Zambrano: metodología, software, supervisión, validación, visualización, redacción: revisión y
edición.
FUENTE
DE FINANCIAMIENTO:
Esta investigación fue autofinanciada.
CONFLICTOS
DE INTERÉS:
Los autores
declaran no tener ningún conflicto de intereses.
AGRADECIMIENTOS:
No aplica.
PROCESO DE
REVISIÓN:
Este estudio
ha sido revisado por pares externos en modalidad de doble ciego.
Revisor A: Abdallah
Bucarruman, abucarruman@gmail.com
Revisor B: Yousy
Baby Ramírez, ybaby@cug.co.cu
EDITOR
RESPONSABLE:
Rubén Darío Alania-Contreras, ralania@uncp.edu.pe
DECLARACIÓN
DE DISPONIBILIDAD DE DATOS:
La base de
datos de la presente investigación estará disponible para la comunidad
científica solicitándola al autor de correspondencia.